16 nov 2008

La urdimbre y la trama (Vázquez Medel)


En este volumen se recopila una serie de estudios sobre el arte de narrar que han aparecido con anterioridad en otros de los libros publicados por el autor, en los que se adentra en la escritura de autores como Jorge Luis Borges, Rafael Sánchez Ferlosio, Juan Benet, José Saramago o carlos Fuentes, entre otros. En la obra también se analiza la relación entre dos tipos de discursos: el cine y la literatura, con el análisis de películas como La Celestina; Fuego en Castilla; Gringo viejo; 2001, una odisea en el espacio; y Blade Runner
El catedrático de Literatura Española Manuel Angel Vázquez Medel, autor de la obra, explicó que utiliza como puerta de entrada a la 'Urdimbre y la trama' la narrativa de Jorge Luis Borges, explicó que el lector no está "ante un libro de aluvión, sino que se ha ido entretejiendo a través de las reflexiones realizadas durante mucho tiempo". De este modo, la obra quiere, entre otras muchas cosas, "invitar a la lectura" e incentivar "la función creativa por parte de los lectores".
En cuanto a la estructura del libro, dividido en cuatro grandes bloques, Vázquez Medel señaló que en la primera parte se adentra en las 'Grandes cuestiones de la teoría y el análisis narrativo', a través del relato borgiano titulado 'La escritura del Dios' --recogido en 1949 en el volumen 'El Aleph'--. Asimismo, reflexiona a cerca de la importancia del espacio y del tiempo, así como de las configuraciones del arte de narrar, en lo relativo al poder del mito.
De esta manera, en un segundo bloque, el experto, a través de las "narraciones de hechos y de ideas" de Sánchez Ferlosio, ofrece "pinceladas sobre la relación entre narración y ensayo". En la tercera parte de la publicación, Vázquez Medel analiza textos como 'Las moscas' de Mariano Azuela, 'Trece fábulas y media' de Juan Benet, 'Lisboa Revisitada' de Pessoa y 'El año de la muerte de Ricardo Reis' de José Saramago, entre otras.
El cuarto y último bloque, dedicado a la relación entre dos tipos de discursos: el cine y la literatura, ofrece, según el autor, "una reflexión orientada al futuro", a través del concepto de "transhumanización". Para Vázquez Medel, narrar es mucho más que una actividad cultural, pues "los discursos narrativos no son sólo el soporte de creaciones tan dispares como un retablo, una novela o una película", sino que "narrar es una actividad vital".
En este sentido, citó a Sherezade, protagonista de 'Las mil y una noches' que consigue salvar su vida a través de los relatos, para explicar que "contando o narrando es como aprendemos" y que "todo relato, si está bien entretejido, está hecho con la urdimbre de la vida y con la trama de distintos personajes". En la misma línea, aseguró que las narraciones "nos ayudan a entender mejor la realidad de la vida".
"NARRAR ES, POR PROPIA DEFINICION, UN ARTE"
Así, a tenor del significado "metafórico" del título del libro, el catedrático puntualizó que "la urdimbre es el conjunto de hilos que se colocan en el telar para formar una tela". De este modo, el autor puso de relieve que 'La urdimbre y la trama' son "los hilos con los que tejemos los relatos, es decir, la vida". En la misma línea, resaltó que "narrar es, por propia definición, un arte, ya que procede de la palabra griega tèchne".
Por otro lado, Vázquez Medel puso de manifiesto que no sólo es importante fomentar la "competencia lectora", sino también la creatividad. Así, matizó que, "aunque ya hemos superado la idea de lector como un mero espejo en el que se refleja lo que quiere transmitir el autor", hay que "incitar al arte de la lectura y, a partir de ella, hacer que el lector contemple sus dimensiones creativas".
En el mismo marco, el experto, parafraseando a Sánchez Ferlosio, afirmó que "todo el mundo puede escribir, la escritura tiene una dimensión terapéutica e, incluso, curativa". Finalmente, Vázquez Medel dijo que "armonizar la mano con nuestras ideas, al escribir a la vieja usanza, lleva a la armonía que el ser humano necesita para vivir".

Fuentes:
http://www.lukor.com/literatura/noticias/0506/29145811.htm

Borges y yo


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Sería exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mí podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren preservar su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.
No sé cuál de los dos escribe esta página.
(El hacedor. Buenos Aires: Emecé, 1960)

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15 nov 2008

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9 nov 2008

Salvador Pániker



Interesante entrevista a Salvador Pániker, publicada en la Vanguardia (2 noviembre de 2008)
http://estatico.lavanguardia.es/lavanguardia/docs/20081103/lvg200811020471lb.pdf

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